Hace miles y miles de años
en un lugar distante y extraño
vivía solo y aislado un hombre
y Pillowhorns era su nombre
Su cabecera lucía adornada
con grandes cuernos de pura almohada
que permitían golpear hiriente
al mismo tiempo a diez oponentes
Pasaba el día siempre iracundo
por las injusticias que sufre el mundo
y a sus enemigos él combatía
con gran valor y gran valentía
Pero tenía siempre presente
que aunque salvara a tanta gente
nadie lo aceptaba por cómo era
pues temían todos su cabecera
Hasta que un día escuchó la historia
de un viejo sabio con gran memoria
quien escuchaba y daba consejos
a quien osara llegar tan lejos
Así que Pillowhorns emprendió viaje
fue rapidísimo y sin parajes
caminó de día y corrió de noche
y lo hizo siempre sin un reproche
Hasta que al fin llegó a la morada
con su escalera eterna adornada
y al entrar, Pillowhorns quedó perplejo
en frente suyo estaba aquel viejo
Entreverado explicó sus problemas
uno por uno todos sus dilemas
y le contó cada una de sus dudas
y le pidió desesperado su ayuda
El viejo esperó totalmente callado
tomando el té que había preparado
y cuando hubo silencio por fin le dijo:
"¡Hablá un poquito más fuerte, m'hijo!"
"¡Mi nombre ahora es Cascobanquito
el viejo de las leyendas y de los mitos
soy el más sabio de entre los sabios
pero soy sordo y no leo labios!"
Pillowhorns se volvió desesperanzado
y dejó la morada desilusionado
pensó que volver a casa le daba pereza
y que el viejo era un idiota con un banco en la cabeza
Pero al terminar de bajar la escalera
enfrente suyo ¡adivinen quién era!
ni más ni menos que Cascobanquito
y Pillowhorns se asustó largando un grito
Pero a pesar de esa poderosa magia
a Pillowhorns seguía sin hacerle gracia:
"¿De qué me sirve este viejo manco
que es sordo, ciego y se cubre con un banco?"
Así que siguió su viaje apesumbrado
mucho más lento que lo que había llegado
sin darle importancia a Cascobanquito
que lo seguía siempre con su tecito
Dormían de noche y viajaban de día
y Pillowhorns le entró a agarrar simpatía
a ese viejo que nunca hablaba
pero que siempre un té convidaba
Y un día de esos, en plena vuelta
apareció en el cielo como aladelta
un niño volando con una antena
con barba larga como melena
Usaba un gorro con mucho estilo
y aterrizó ante ellos con gran sigilo
y Pillowhorns preguntó con voz furiosa
"¿Quién eres y qué carajo es esa cosa?"
Y el niño dijo con voz aguda:
"Esta es mi antena y no caben dudas
que con mis propias manos la hice,
y el Chico Antena es como me dicen."
Pillowhorns resopló y siguió su viaje
no estaba de humor para más personajes
pero el chico y el viejo siguieron su camino
pues sabían bien cuál era su destino
Y así llegaron a la gran ciudad
y acompañaron a Pillowhorns hasta su vecindad
y combatieron el crimen siempre a su lado
aunque Pillowhorns no se sintiera necesitado
Y así fue que al fin entendió
la verdadera lección que el viejo le dio
y arrepentido por su comportamiento
se acercó a ellos y les dijo lo siento
Y es que entendió que el trato que les daba
era el mismo que a él lo atormentaba
y que aunque sus dotes de batalla no aportan
que lo acompañen es lo que importa
Cascobanquito no ve ni escucha
pero con su gran sabiduría lucha
y aunque jamás derrotará a un enemigo
tiene el consejo justo para un amigo
El Chico Antena no hace nada
no tira magias ni tiene espada
pero aunque en combate nunca impresione
podés contar con que nunca abandone
Y así los tres son el arquetipo
de lo que debe ser un equipo
siempre unidos pero sin cadenas
¡Pillowhorns, Cascobanquito y el Chico Antena!
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